Acerca de mi

«¿Un postre, un helado o una torta? No, gracias. No quiero engordar más».  Fue mi respuesta durante 20 años. Pero no voy a mentirte. Al final, siempre las comía (y repetía) con un gran sentimiento de placer y culpa.

¿Te ha pasado? Te contaré cómo encontré en la cocina el placer de comer sin remordimientos.

A los trece años tenía 10 kilos de más. Una condición fácilmente revertible a tan corta edad, pero me tomó 20 años conseguirlo. ¿Por qué? Porque no tuve acceso a información clara y real sobre los alimentos que sí necesita nuestro cuerpo. En cambio, estaba rodeada de dietas restrictivas que realizaba una y otra vez  con un sentimiento de esfuerzo y sacrificio. Realicé toda rutina de ejercicios con el fin de bajar de peso, de talla de pantalón, pero nunca como una forma de hacer fuerte a mi cuerpo. Tomé pastillas, laxantes, batidos milagrosos y me realicé dolorosos masajes para  “quemar grasa” o “bajar de peso rápidamente”.  Todos estos caminos consumían mi energía y mis emociones a tal punto de desistir, subir de peso nuevamente y repetir el mismo ciclo por años.

Atrás quedó todo cuando comprendí que nuestro cuerpo necesita comida real para mantener su peso ideal y llevar una vida llena de bienestar. Gracias a la orientación de Laura Ordoñez, empecé a priorizar la calidad de los alimentos en mi plan de nutrición, a balancear las porciones y comprender que en la cocina estaba la alternativa a mi objetivo de bajar de peso.

 Me enamoré de la cocina cuando ví los cambios que lograba de manera sostenible en mi cuerpo  al preparar alimentos reales de formas deliciosas.

Luego, decidí ir más a fondo y empece un camino de formación con  muchos más profesionales de la salud, y por fin aprendí a disfrutar la alimentación saludable con amor y consciencia.

No fue el camino más rápido pero  sí el más delicioso y sostenible.

Eliminar de la cocina el azúcar, la miel, la panela, los lácteos ( incluyendo los deslactosados), el gluten, los aceites vegetales, salsas y aderezos, y todo lo que viene listo para consumir en el supermercado, representó un proceso de mucha paciencia y consciencia.

Comprendí que todo lo etiquetado como «fit«, «light«, «cero azúcar» o «libre de grasas»  que encontraba en el mercado, contenían otro tipo de azúcar, aceites vegetales, espesantes, saborizantes y conservantes que no nutrían mi cuerpo y por el contrario, me dejaban antojada de comer más.

Así empecé una nueva vida:

Pasando más horas en la cocina; regresando a la plaza de mercado; escuchando videos de médicos y nutricionistas; leyendo muchos libros sobre alimentación, pasando fines de semana en seminarios sobre salud,  estilos de vida, alimentación y bienestar y  disfrutando muchas clases de cocina.

 Ahora me encanta compartir todo lo aprendido, porque si yo lo logré, tu también puedes hacerlo. Comer sin remordimientos y vivir una vida de bienestar es  posible.

Recetas fáciles y  nutritivas que deleiten el paladar y te llenen de bienestar.

Mi propósito es ayudarte a vivir una vida llena de bienestar, con recetas realmente saludables,  fáciles, y un ingrediente fundamental y poderoso que es el amor más grande que existe: por ti y tu cuerpo.

Soy emprendedora y con Claudia he aprendido muchas cosas a nivel de alimentación y diferentes tips que nos comparte en sus redes sociales. También he aprendido diferentes recetas saludables tanto en sus videos como en sus talleres de cocina saludable, en donde no solo se aprende a cocinar saludable y delicioso sino también se aprende de la importancia de los diferentes ingredientes en nuestro cuerpo ya que de acuerdo a la manera en que lo alimentemos, nos veremos y sentiremos mejor.

Yo recomiendo plenamente los cursos de Claudia ya que allí se aprende a integrar diferentes tipos de ingredientes saludables para nuestras comidas y postres y se profundiza en la importancia de la implementación de estos para mantener una buena salud.